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Volante Racing
¿Es una ayuda o un problema?

¿Alguno de ustedes es aficionado al karting, ese esplendido deporte tuerca donde nos subimos a carritos con motores pequeños y jugamos a ser conductores de F-1?, entonces comprenderá perfectamente la siguiente sentencia; las muñecas sufren demasiado después de una carrera, al menos las muñecas que no están acostumbradas o con poco entrenamiento. Y ¿por qué ocurre esto?

 

En un auto no sentimos el peso de la dirección porque existen dos elementos claves, o tres, que nos apoyan en el vaivén del eje direccional; el conjunto piñón-cremallera, la asistencia, que puede ser hidráulica o eléctrica, y del cual les hablaré hoy, el volante.

 

El volante no solo es el control direccional del vehículo, sino que también nos hace liviano el girar, ya que es un generador de torque, si, un multiplicador de fuerzas rotacionales, tal como lo leen, y ¿cómo lo hace?:

 

El torque que se genera en la columna de dirección es el resultado de aplicar la fuerza del brazo en el volante, y esta fuerza se multiplica por el radio de este último, por ende entre más grande el volante, más torque generará y más liviano será el viraje.

 

Cuando cambiamos el volante original del vehículo, por uno deportivo, lo negativo que sucede es que perdemos torque. El radio del nuevo volante es más pequeño, pero el peso de la dirección sigue siendo el mismo, resultado: mover la dirección se hace a costa de mayor esfuerzo muscular, por lo que si no estamos preparados para ello, podría redundar en accidentes, ya que la reacción de viraje sería más lenta.

 

Lo que ganamos es menor cantidad de largo de viraje del volante por viraje real, me explico. Al ser de un radio más corto, el volante deportivo tiene menos perímetro, lo que hace que tengamos que mover menos las manos para producir los mismos grados de viraje.

 

En resumen, la razón de que maniobrar un Gokart sea tan cansador es, en parte, el hecho de que tiene un volante diminuto, creado de este tamaño para que el piloto no saque las manos del mismo, no importando cuanto tenga que virar, ya que siempre será un movimiento pequeño de las manos, pero a mucha fuerza.