Finalmente fue Takuma Sato el ganador de las 500 de Indianápolis. El integrante del equipo Andretti se llevó la victoria tras imponerse en un gran duelo contra el brasileño Castroneves. Logrando convertirse en el primer japonés en ganar esta copa.

Fernando Alonso, llevaba una excelente carrera, pero su motor Honda le volvió a jugar una mala pasada y tuvo que abandonar a tan solo 21 vueltas del final. Hasta ese momento, el español siempre estuvo arriba, liderando la carrera en unas cuentas vueltas junto a sus compañeros de equipo.

Fue el tercer fallo de los motores Honda en la segunda mitad de la carrera, y Alonso siguió el destino de otros dos líderes frustrados, los estadounidenses Ryan Hunter-Reay y Charlie Kimball.

“Sentí un ruido y después un tirón en el coche, y vi cómo empezó a salir humo de atrás. Me dije ‘se acabó’, pero fue bonita la experiencia”, dijo Alonso a la televisora local.

De esta forma se vieron arruinados los sueños del español Alonso en convertirse en el segundo piloto en completar el ‘gran slam’ del automovilismo de velocidad: Gran premio de Mónaco de Fórmula 1, la Indy 500 y las 24 horas de Le Mans.